22 de marzo de 2012

Tres manos hay sobre mí, para guiar mi camino, y tres ojos frente a mí, para evitar mi desvío. Para mayor protección, a mi lado está María, y a mi alrededor la Trinidad, Padre, Hijo y quien me guía. En medio de mis fatigas y el trabajo noche y día, al espíritu le pido, fuerzas para continuar. Que de todo mal me salve y limpie de las mentiras. Pido a Dios me de su fuego y su amor para mi vida. Oh rodéame Dios mío, con Cristo crucificado, que sus lágrimas de sangre me traspasen el costado, para que yo pueda darte, lo que tanto has esperado, y puedas resucitarme cuando el fin haya llegado.